Dembélé amenaza al Atlético de Madrid.

Tras derrotar al Mónaco el viernes, el Paris Saint-Germain consolidó su liderazgo en la cima de la tabla, ampliando su ventaja a seis puntos con una ajustada victoria sobre el Lens, sellada por un gol de Ousmane Dembélé a solo tres minutos de comenzado el partido.

El PSG generó numerosas oportunidades para ampliar su ventaja, aunque por momentos pareció relajarse, especialmente cuando jugaba contra diez hombres en la última media hora del encuentro (1-0). Esta es la doble faceta del actual campeón francés: un líder imparable y favorito en su competición doméstica, pero con dificultades en la Liga de Campeones. El próximo miércoles se enfrentará al Atlético de Madrid en el Parc des Princes, sabiendo que el reto será mayor y que necesitarán más consistencia y, sobre todo, una mayor efectividad frente al arco.

El PSG opera con mecanismos indudables. Cuando ataca a toda velocidad y en campo abierto, respaldado por la rapidez de sus extremos (Bradley Barcola y Ousmane Dembélé) y sus laterales (Achraf Hakimi y Nuno Mendes), muestra una superioridad aplastante, especialmente cuando presionan con éxito o recuperan el balón en la mitad del campo rival.

Sus contraataques pueden ser letales, especialmente cuando Barcola, su jugador ofensivo más crucial, está involucrado. El gol inicial, a poco más de tres minutos de comenzado el partido, fue producto de su esfuerzo. Recuperó el balón, avanzó, controló y dio un pase perfecto para que Dembélé anotara, lo que permitió a los campeones franceses asentarse en el juego.

Sin embargo, el PSG también tiene sus fallas, sobre todo en la efectividad ofensiva, una cualidad crucial. Si hubieran sido más contundentes en el primer tiempo, podrían haber llegado al descanso con una ventaja mucho mayor que el 1-0. Dembélé estrelló un disparo con la zurda en el poste, mientras que Asensio desperdició dos ocasiones, Barcola otra, y Fabián una más… Al medio tiempo, el PSG había registrado nueve intentos dentro del área, pero solo tenía un gol, con el Lens sobreviviendo gracias a las atajadas de Samba y la falta de precisión del PSG.

A pesar de sus numerosos recursos, el PSG también muestra vulnerabilidades. En defensa, cuando los rivales logran superar su presión, a menudo terminan en un mano a mano con la última línea defensiva, aprovechando los espacios que dejan detrás del sólido trío de mediocampistas compuesto por João Neves, Vitinha y Fabián.

El cabezazo de Nzola, salvado por Safonov, quien reemplazó a Donnarumma en la portería, ejemplificó esto, al igual que varios contraataques del Lens que no prosperaron por su propia falta de precisión y los espacios que el PSG suele dejar cuando su presión falla.

Es una de las idas y venidas que el equipo parisino experimenta en cada partido, a menudo caminando sobre la cuerda floja de la imprevisibilidad y los riesgos que conlleva una ventaja tan escasa, 1-0, especialmente cuando el Lens se quedó con diez jugadores tras la expulsión directa de Khusanov.